El Desprendimiento
El 22 de diciembre de 1909 una parte de la montaña sobre la que se asienta el Santuario de As Ermitas se derrumbó violentamente, llevándose por delante la vida de decenas de personas.
Este desprendimiento ocurrió tras meses de lluvias intensas, que fueron filtrando agua en las tierras de la ladera de la montaña, por aquel tiempo aradas en su mayor parte.
La corriente de agua subterránea se precipitó montaña abajo, arrastrando piedras y tierra y llevando consigo casas enteras, que se destruyeron por completo al llegar al río.
Entre las construcciones que arrasó, estaba la quinta estación del Calvario, que hoy sigue vacía, pues la talla barroca de su interior no se pudo recuperar nunca.
El Bibei quedó cortado durante varios días por la avalancha de escombros, que se amontonaron en el cauce, formando una presa que cuando reventó, se llevó por delante el antiguo puente de As Ermitas, del siglo XVII. El puente actual se construyó en 1924.
No existe un recuento exacto del número de fallecidos ni de casas que se llevó el desprendimiento, pero se sabe que fueron en torno a veintisiete casas y más de treinta las personas desaparecidas como consecuencia de la catástrofe.
El suceso, que tuvo una importante repercusión en los medios de la época, movilizó al ejército en las labores de desescombro. Todos los fondos fueron destinados a la reconstrucción, lo que motivó también la paralización de las obras de una nueva iglesia que se estaba levantando en el llano de la Resurrección y que más de un siglo después sigue en estado de abandono.
Poco a poco, As Ermitas fue recuperando la normalidad, pero el Desprendimiento y sus horribles consecuencias quedaron para siempre en la memoria de sus habitantes.